Carel Fabritius (1622-1654) es generalmente considerado el alumno más talentoso de Rembrandt, e incluso Vincent van Gogh expresó su admiración por él. Fabritius se destacó en la pintura de cuadros históricos, retratos, naturalezas muertas y paisajes urbanos. Su interés por la luz, la perspectiva y el trompe l'oeil le convirtieron en uno de los pioneros de la escuela de Delft, de la que Johannes Vermeer es el representante más conocido.
Desafortunadamente, la prometedora carrera pictórica de Fabritius llegó a un abrupto final en 1654, cuando murió en la explosión del polvorín de Delft. Este trágico suceso probablemente provocó la pérdida de parte de su obra. Hasta la fecha sólo se han conservado unas quince pinturas y una docena de dibujos.
El jilguero
Una de sus obras más conocidas es El jilguero. El panel representa a un jilguero sentado en un poste frente a su comedero, al que está sujeto por una cadena. El talento de Fabritius para la pintura de trampantojo se muestra con fuerza en esta obra de arte.
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